En la publicación “Guidelines - Developing and Implementing a Sustainable Urban Mobility Plan”[1] de la Comisión Europea se señala la importancia de que “el proceso de aplicación también debe seguir un enfoque estructurado para refinar los objetivos y planificar, detallar, gestionar, comunicar y supervisar la implementación de las medidas”. Además también describe la necesidad de formalizar los roles de todos los actores involucrados en la implementación de las medidas y asegurar la buena coordinación entre todas las partes involucradas.
Un punto fundamental es informar e involucrar a los ciudadanos aquí con especial esfuerzo en llegar a los principales afectados.
En el momento de redactar esta guía leíamos una noticia en The Guardian [2] sobre cómo los científicos prueban nuevas alertas para ayudar a que la gente se prepare para momentos de mala calidad del aire.
En Reino Unido se controla la calidad del aire y en el momento de riesgos se advierte a la población y en especial a las personas vulnerables para que eviten hacer ejercicio al aire libre o se recuerda a los asmáticos que utilicen sus inhaladores con más frecuencia.
Investigadores del King’s College London probaron diferentes tipos de mensajes con voluntarios que utilizan la aplicación CityAir[3]. En lugar de avisar en el momento en el que se registraban elevados índices de contaminación del aire se realizaron avisos para que la población estuviera preparada. Por ejemplo, un mensaje dirigido a los asmáticos les animaba a tomar su medicación preventiva, en lugar de simplemente advertirles sobre la necesidad de llevar sus inhaladores. Otros mensajes incluían mapas de contaminación para ayudar a las personas a encontrar lugares limpios para hacer ejercicio o rutas de aire limpio. Tuvieron en cuenta que todos tenemos hábitos arraigados en las rutas que hacemos a diario y que los debemos superar para considerar nuevas alternativas.
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